10 marzo 2013

Pelotudos.

Voy por mi segundo tequila. Las calorías del alcohol. Mi tristeza ácida de sábado a la noche, y una larga, larguísima abstinencia de abrazos. La soledad duele como la mierda. Paso de ser un objeto, un juguete a ser un cachivache invisible. Ahí escarnecida en un bolichón, poniendo cara de Guasón, buscando fuerzas en la boca del estómago para reír y que sea creíble. Mirando el teléfono que no suena, mirada por un baboso insoportable o un inerte de morondanga.


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