28 diciembre 2011

despierta.

Si te soy completamente sincera, quiero que seas vos cada vez que me llega un mensaje, cada vez que me suena el celular. Y nunca sos. Cada vez que suena el fijo de mi casa quiero que seas vos. Y nunca sos. Incluso cada vez que suena el timbre, no importa lo absolutamente inverosímil que podría ser el hecho de que te aparezcas en mi puerta, nunca sos. Quiero que seas vos cada vez que me conecto y se me abre una ventanita y hasta quiero que seas vos el responsable de cada una de mis notificaciones en Facebook. Y nunca sos, nunca sos, nunca sos. Quiero encontrarte a vos en un parque, en el parque, en los boliches, en los shoppings, en el cine, en la peatonal. Y nunca estas, nunca te encuentro, ya no te encuentro. Nunca sos, todavía no sos, no por lo menos hasta dentro de un par de años, no. Te diría que hasta prefiero que no seas vos ahora, ahora no podríamos, vos no querrías, sería todo demasiado complicado. Pero quiero, yo quiero que seas vos, siempre quise que fueras vos, quiero que seas todo eso, quiero que me invadas las comunicaciones y los sentidos y las horas. Quiero que seas. Algún día vas a ser. Algún vamos a ser, nosotros, yo lo sé.

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