Es el invierno, la ventana, y tu carita de reventada. Disfrutamos madrugadas, Bukowski, chinos y carcajadas; pero no me importa, no me arrepiento de haber perdido la libertad. Si lo que viene después te asusta, mejor te canto lo que te gusta y si volvemos al pasado, te pido tu corazón prestado. Pero no me importa, no me arrepiento de que me guste la noche... La noche empieza y no va a poder parar, porque hace tiempo que no quiere llorar, la cocaína seca las lágrimas y es el combustible de mi ciudad, yo te cantaba Lunita de Tucumán, para que duela menos, cada día más.
Y esta locura nos hizo comprender, que la alegría no supo consolar, deja que lloren tus ojos corazón, que tu tristeza es el sol de mi ciudad. Y esta violencia, regalo de mi papá, me esta doliendo mucho, cada día más. Yo quiero verte perfumadita con tu boquita pintada; que me llenes de alegría, que se calme mi dolor, y los efectos que nunca siento son los rebotes del viento, que atrapan sueños. Yo quiero el beso perfumadito de tu boquita pintada, que me llene de alegría, que se apague mi dolor, y los efectos que nunca siento son los rebotes del viento, que atrapan sueños.... Chau.
Y esta locura nos hizo comprender, que la alegría no supo consolar, deja que lloren tus ojos corazón, que tu tristeza es el sol de mi ciudad. Y esta violencia,
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